Me gusta escribir para hacer reflexionar a la gente. Para que se despierte algo en ellos que les haga cuestionar sus creencias. Con este post espero que a mucha gente le haga click en la cabeza, incluida yo.
Igual que hay que encontrar un equilibrio entre ahorrar y vivir la vida, y eso lo tengo claro, ya que recorto miserablemente en lo que no me gusta y gasto en lo que sí, es importante encontrar el equilibrio entre trabajar y vivir.
¿Vives para trabajar o trabajas para vivir?
Si no vives en una comuna hippy en la que tienes instaurado el trueque, necesitas dinero para vivir. Esto está claro, el dinero estará presente en todas las etapas de la vida. Y para conseguirlo, en la mayoría de los casos hay que trabajar.
Si en tu visión de vida tienes definido que tu trabajo es un medio para conseguir dinero, bien.
El problema está cuando te conviertes en un adicto al trabajo, un “workaholic”, que ya sabemos que los ingleses tienen nombre para todo. Trabajas más por querer tener más dinero, por querer ascender en tu empresa, por querer demostrar a ti o a los demás hasta dónde eres capaz de llegar…
También puede ocurrir que tu trabajo te apasione, y no trabajes por exigencia, sino porque te gusta y todo te parece poco. Tienes que aprender a desconectar, elegir prioridades y sobre todo enfocarte en ser “rico” no solo en dinero sino también en tiempo.
¿Por qué?
Porque muchas personas se quejan, tras 20 o 25 años de trabajo intenso, de no haber disfrutado de los cumpleaños de sus hijos, tardes de juego… y ahora que sus hijos han crecido y su trabajo ya no les satisface tanto se dan cuenta que han perdido sus mejores años… Trabajando.
Algo parecido ocurre con las personas que, rozando la tacañería, no disfrutan de muchas cosas, y malgastan parte de su vida dedicándose únicamente al ahorro y al trabajo en exceso… Cuando llegan a la vejez y tienen mucho dinero y horas libres en el día, se dan cuenta que les falta algo muy importante, las ganas y la vitalidad para gastar y disfrutar de ese dinero.
Fábula del pescador y el empresario
“Un hombre rico, bien vestido, empresario, estando de vacaciones en un pequeño pueblo costero, vio llegar un pequeño bote con un solo pescador a bordo. Al acercarse vio que había varios peces de buen tamaño y le dijo al pescador:
– Usted es un pescador muy bueno, solo y con mucha maña, ha conseguido muchos peces ¿Cuánto tiempo ha dedicado a pescar todo eso?
El pescador respondió:
– Pues la verdad es que nunca me levanto antes de las 8:30. Desayuno con mis hijos y mi mujer, llevo a mis hijos a la escuela y acompaño a mi mujer al trabajo, luego compro el periódico y voy tranquilamente al muelle, donde cojo mi bote para ir a pescar. Estoy una hora u hora y media, como mucho, y vuelvo con los peces que necesito, ni más ni menos. Al llegar a tierra, voy a casa a preparar la comida, y espero a que vengan mi mujer y mis hijos, y disfrutamos haciendo juntos los deberes, paseando, jugando…
-Quiere decir que en tan poco tiempo ha pescado todo esto. ¡Es extraordinario! ¿Ha pensado en pescar ocho horas al día?
-¿Para qué? Pregunta el pescador.
– Pues porque si pesca durante todas esas horas, tendrá 8 veces más peces, y así podrá vender lo que sobra y ganar más dinero.
– ¿Para qué? Volvió a preguntar el pescador.
– Al tener más dinero podrás comprar una barca más grande, o mejor aún, varias barcas y contratar a pescadores para que trabajen para usted y conseguir más peces y más dinero. Usted llegaría a ser un empresario muy rico.
-¿Para qué? Pregunta otra vez el pescador.
– ¿No lo entiende? Con ese negocio de pesca solo tendría que preocuparse por dirigirlo, tendría todo el tiempo del mundo para hacer lo que quisiera. Podrías mudarse a un pequeño pueblo costero, no tendría que madrugar, desayunaría cada día con su familia, podría llevar a sus hijos al cole, jugar con ellos por las tardes…
– Creo que el que no entiende nada es usted. ¿No es eso lo que estoy haciendo ahora?
Conclusión
Decide si quieres ser pescador o empresario, recuerda que con una vida frugal alcanzarás antes la libertad financiera. El tiempo es el bien más preciado que tenemos, ¿eres el empresario que quiere ganar tiempo para hacer lo que ama o el pescador que dedica su tiempo a lo que ama?
Y tú, ¿vives para trabajar o trabajas para vivir?