A todos nos afecta tener una deuda, sobre todo si no tenemos el dinero suficiente para hacer frente. Como dice el refrán: “El que paga descansa y el que cobra, más”.
De hecho, cuando hablamos de la parte emocional de una deuda, no nos referimos a los euros que debemos, sino al estado de ánimo y el malestar que nos genera esa deuda, aunque sea pequeña. En ocasiones pesa más el pensar en ella, que el importe que tiene.
Podemos distinguir entre deuda buena y deuda mala. Con deuda buena me refiero a estar apalancado para comprar activos que me van a generar dinero, como por ejemplo comprar un apartamento a crédito para alquilar. Dicho de otra forma, sería aquella deuda que van a pagar otros. El problema viene cuando nos apalancamos para comprar pasivos, y esta es la deuda mala a la que me refiero: tarjetas de crédito, préstamos al consumo… La mayoría de las veces nos endeudamos para comprar bienes o servicios para aparentar un status.
Muy buen articulo Amalia un saludo
Gracias Jesús.
Saludos
Amalia Guerrero
El mejor blog para entender la educación financiera y poder ir de a poco administrar mi dinero, saludes desde Costa Rica.
Muchas gracias por tus palabras Bismarck, me animan a seguir con mi propósito de divulgar la educación financiera.
Saludos
Amalia Guerrero