En numerosas ocasiones oímos hablar de la libertad financiera y todo el mundo aspira a alcanzarla. 

Suena bien, ¿no? Jubilarnos jóvenes y vivir de las rentas. Pero seamos realistas, es algo que no está al alcance de todo el mundo. Pero que no podamos ser libres financieramente no quiere decir que no podamos beneficiarnos de su filosofía: ahorrar e invertir de forma consistente

Por eso, a mí hay un término que me gusta más y es el de la tranquilidad financiera, y creo que es al que, como mínimo, deberíamos aspirar todos.

...y qué es la tranquilidad financiera?

Para mí, la tranquilidad financiera es un plan a largo plazo, en el que lo mejor es empezar cuanto antes. 

Alcanzar la tranquilidad financiera te permitirá que, ante una situación de desempleo o una bajada de ingresos, tú estés preparado y tengas un plan B.

¿En qué consiste?

Este plan consiste en formarte y educarte financieramente a la par que pones en orden tus finanzas.

Comienza a ahorrar para crear un fondo de emergencias de, al menos, seis meses de los gastos de la unidad familiar. Esto no es una regla fija. Dependerá de varios factores: no es lo mismo si estás soltero o casado, si tienes familia o estás pagando una hipoteca o alquiler, o si tienes la casa pagada, por ejemplo. Independientemente de esto, mi recomendación es que tu colchón financiero sea “tan grande como te permita dormir tranquilo”.

Mientras creas tu colchón, fórmate. “Quien lee está mejor informado y por lo tanto, mejor formado. Si está mejor informado, tomará mejores decisiones…”. Leer y aprender educación financiera hará que tomes mejores decisiones económicas. Aquí tienes algunos libros para empezar.

Y si tengo deudas, ¿qué hago?

Este plan a largo plazo pasa también por cancelar tus deudas

Pero cuando hablo de cancelar deudas no me refiero a la hipoteca, aunque también podemos elaborar un plan para ir amortizando capital. 

Cuando hablo de cancelar deudas me refiero a la deuda mala. A la deuda por la que pagas unos altos intereses y que has contraído, en muchas ocasiones, en un arranque de consumismo: comprar un móvil, un viaje

Lo ideal es que analices tus deudas y tu capacidad de ahorro, y te comprometas a elaborar un plan para eliminarlas. Si no sabes por donde empezar, una buena forma de hacerlo es con el método snowball.

Aún teniendo deudas, mi recomendación es que destines, al menos, un 1% al ahorro, a formar tu fondo de emergencias. Te digo esto porque lo importante es crear un sistema, un hábito: ahorrar todos los meses, de forma automatizada. Cuando sanees tus finanzas y dispongas de más dinero, podrás ahorrar más.

Ingresos pasivos y currículum B

Además de formarte para sanear tus finanzas, hazlo para ampliar tu curriculum B con otros recursos. 

Tu afición al deporte, el gusto por la lectura o la restauración,… quien sabe, quizás el día de mañana te permitan ganarte la vida o se conviertan en una fuente de ingresos complementaria a la actual. De hecho, muchas veces estas actividades han servido para reinventarse tras un despido o una crisis económica como la que nos ocupa.

Y aquí enlazamos con el siguiente paso en nuestro plan, crear fuentes de ingresos pasivos

Descubre tu pasión e intenta monetizarla. Seguro que hay algo que se te da bien, y con lo que puedes aportar valor a los demás. 

Por qué no empaquetar todo ese conocimiento en un curso, un blog, un ebook o una masterclass y ofrecerlo a los demás… 

Otros ejemplos de ingresos pasivos podrían ser rentas por alquiler, comisiones por afiliación, un audiolibro, una app, vender productos digitales, dividendos de acciones…

Haz crecer tu dinero

Por último, fórmate para hacer crecer tu dinero. 

El ahorro está muy bien y es necesario para empezar a jugar, pero por si solo no es suficiente debido, principalmente a la inflación. 

Debes dar el paso e invertir. Con sentido común, de forma diversificada, global y de bajo coste. Estos son los principios de un inversor inteligente:

  • Invierte solo en aquello que entiendas. Fórmate antes de poner un euro en manos de nadie.
  • Busca que las comisiones sean lo más reducidas posible. Las comisiones son lo único seguro en una inversión, la rentabilidad va y viene.
  • Diversifica tu inversión. En diferentes sectores y países. Algo accesible invirtiendo en fondos indexados de bajo coste.
  • Ten siempre un fondo de emergencia. Tan grande como te permita dormir tranquilo, lo ideal es que cubra al menos seis meses de los gastos de la unidad familiar.
  • Invierte pensando en el largo plazo y solo el dinero que no vas a necesitar en los próximos 5 o 10 años.
  • Huye de quién te prometa rentabilidades imposibles.

Hacerte rico...

Si sigues el plan que aquí te cuento, en los próximos 10 años no te harás rico, pero ante una situación económica inestable o una pérdida de empleo por ejemplo tú tendrás “tranquilidad financiera”.

Y tú, ¿aspiras a tener tranquilidad financiera?

3 comentarios en «Tranquilidad Financiera»

  1. Hola. En esto de la tranquilidad financiera estamos. El colchón de emergencias , que cubre seis meses lo logramos y desde entonces ahorrando e invirtiendo una parte. Es importante tener en cuenta que es una carrera de fondo, y es bueno ir marcándose objetivos no solo a largo plazo, pues los más cortitos van animando a seguir ; porque en estos tiempos hablar de paciencia, trabajo y constancia es fácil, pero llevarlo a cabo no tanto.
    Pero sí que animo desde mi experiencia a hacer lo que propones, se duerme más tranquilo y se es más feliz.
    Gracias por tu tiempo , Amalia.
    Un saludo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.