Hace poco leí que la calidad de nuestro pensamiento radica en la calidad de las preguntas que nos hacemos, así que…

“Haz las preguntas correctas si quieres encontrar las respuestas correctas”. Vanessa Redgrave.

Estamos de acuerdo en que para cada persona la libertad financiera será una cosa… unos encontrarán la libertad financiera cuando sus ingresos pasivos superen los 1000 € al mes mientras otros necesitarán 3000 €, para unos será poder ser dueños de su tiempo y vivir de forma frugal, otros preferirán trabajar solo por la mañana pero hacerlo desde cualquier parte del mundo… Pero hay algunas preguntas qué podemos plantearnos a la hora de pensar en la libertad financiera:

  • Si hoy despidiese a mi jefe, ¿cuántos meses podría aguantar con mi mismo nivel de vida?
  • ¿Qué ventajas tendría para mí tener mucha libertad financiera?
  • ¿Qué representaría tener mucha libertad financiera? Entendiendo por libertad financiera, el número de meses que podría vivir sin trabajar.
  • ¿Cómo me cambiaría la vida?

Hábitos necesarios…

No sé cuales son tus respuestas o si alguna vez te lo has planteado, pero tanto si aspiras a conseguir la libertad financiera como si no, estarás de acuerdo conmigo en que es importante ser consciente de como ganamos, gastamos, ahorramos e invertimos nuestro dinero. Con tal fin, creo que es importante implantar una serie de hábitos financieros:

  1. Define por qué quieres alcanzar la libertad financiera: no te gusta tu trabajo, quieres más tiempo con tu familia, tiempo para disfrutar de tus hobbies…  y escríbelo.  Ten muy claro tu objetivo y hacia dónde vas a dirigirte. 
  2. Escribe la cantidad que necesitas cada mes para conseguir tu por qué, que no sea un número al azar, tómate tu tiempo para decidir cuánto dinero necesitas para mantener tu ritmo de vida actual.
  3. Una vez tengas tu objetivo financiero claro, fíjate un horizonte de tiempo para conseguir tu objetivo, que sea un plazo corto pero alcanzable. Establece una fecha límite y crea un plan de acción para conseguirlo.
  4. Fórmate y aprende a invertir. Aplica lo aprendido, de nada sirve ahorrar si no inviertes ese dinero. Aprovecha la magia del interés compuesto.
  5. Ten unas finanzas sanas, elimina deudas, haz un control de ingresos y gastos, establece un presupuesto y cúmplelo.
  6. Págate a ti primero, y automatiza tanto tu factura de tranquilidad financiera (ahorro) como tu factura de libertad financiera (Inversión) de esta forma evitas las emociones y liberas tiempo.
  7. Encuentra tu pasión y monetízala. Sigue formándote y aprendiendo sobre aquello a lo que te dedicas, debes saber mucho de aquello a lo que te dedicas y un poquito de todo lo demás.
  8. Crea primero los flujos y después date los lujos. No dependas de una única fuente de ingresos, diversifica. Lo ideal es obtener cada año un ingreso pasivo nuevo, alquiler, dividendos, regalías de libros… de esta forma, si tu plan es a 10 años, al cabo de este tiempo, tendrás 10 fuentes de ingresos pasivos.
  9. Comparte tu objetivo con personas de tu entorno, así te forzarás a conseguirlo. Se que esto a veces es complicado, muchas veces nos sentimos incomprendidos cuando hablamos de estos temas con nuestros amigos o familiares, por eso es bueno contar con gente afín a nuestros sueños. Tu círculo de referencia es crucial, ponte en contacto con las personas adecuadas.
  10. Se un buen profesional, fiel a ti mismo y a tus valores, se honesto, hacer lo correcto en el largo plazo siempre da buenos resultados. Comprométete con la excelencia e intenta destacar en cualquier cosa que hagas.
  11. Disfruta del camino, encuentra el término medio entre ahorrar y vivir la vida y entre vivir para trabajar o trabajar para vivir. Si quieres más información puedes leer este otro artículo.

Conclusiones

Sueña en grande, calcula cuanto necesitas tener para vivir como deseas y pon una fecha. Visualízate. No solo con visualizar lo vas a conseguir, debes pasar a la acción, pero comienza a “actuar como si” ya tuvieras eso que quieres.

4 comentarios en «Reflexiones sobre la libertad financiera»

  1. Buenas reflexiones.
    Aunque cuando empiezas el camino no tienes las cosas tan claras…
    y se tarda tiempo en ir asimilando todos tus consejos.
    Yo diría que el camino no es una etapa de sacrificio, hasta llegar a la meta…
    Más bien lo mejor es el camino. Se trabaja con más ilusión, se gana autonomía frente a los imprevistos de la vida, y uno está en mejor posición para enfrentarse a los abusos laborales.
    En lugar de no dormir pensando en un despido en la próxima crisis, la indemnización puede ser el último empuje para llegar a la meta…
    Saludos.

    1. Gracias Bernard, efectivamente hay que disfrutar el camino. De hecho, recuerdo que leí una entrevista sobre un montañero que había escalado el Everest. Le preguntaron qué había sido lo mejor, y sin dudarlo ledijo que el «camino» hasta la cima.

      Coincido contigo, en que lo bueno de la búsqueda de la libertad financiera es que nos «protege», como tú bien dices, de los imprevistos, de los abusos laborales,…

      Gracias por pasarte a comentar. Saludos

      Amalia Guerrero

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